Tenía pendiente una entrada desde finales del mes pasado, la de la celebración de nuestro fin de curso de patchwork. Hasta ahora no ha podido ser porque no tenía las fotos, que Espe, muy atenta, me las ha mandado.
Empecé con el patchwork hace seis años, con mucha ilusión pero sin tener ni idea, y con las clases de Lorena aprendí mucho y me ilusioné más. Tenemos por costumbre hacer una comida de fin de curso para despedirnos hasta octubre y pasárnoslo todavía mejor que en las reuniones que habitualmente tenemos los lunes.
Este año no podía ser menos, lo hemos pasado pipa, con performance incluida, una actuación estelar a cargo
de Coni, el cascabel de todas las fiestas.
Nos escenificó este "bello poema" que compuso para nosotras, que cuenta nuestra historia y os servirá para conocer a mis amigas. Allá va:
Esa es la historia jamás contada
de un grupo de "patchguatas".
Todo comenzó con su cabecilla
La profesora "Lorenpatch"
que con su aguja y dedal
puso en marcha un grupo muy peculiar.
Unas no se conocían de nada, otras ya tenían juntas algunas andanzas.
No tenían ni idea de nada,
pero con su habilidad,
pronto se pusieron a la altura que cabía esperar
También estaba la ahora llamada "Superabuela",
que fue atraída al lugar por el olor de sus telas.
¿Sería capaz de desprenderse del botín que poseía?
Pero fue aún peor,
y ahora es mayor su colección,
y lo que antes era su adicción, ahora es su afición.
"Consuelito" que a la chita callando,
cosiendo a todas iba superando.
Y ahora con su blog, eclipsa mogollón.
También está Mónica,
que aunque mucho trabajar,
su paso es como de una estrella fugaz,
ahora viene, ahora se va.
También había otras "patchguatas",
pero al no tener continuidad,
no tienen en esta historia papel estelar.
El primer año
todo fue trabajar:
molinillos, estrellas, longcabin...
¡¡¡¡¡Esto es un no parar!!!!!
El fin de curso fue espectacular.
Al año siguiente
el grupo aumentó
hicieron aparición
dos "siamesitas" trabajadoras,
perdón, dos "abejitas" trabajadoras,
que empezaron a destacar,
queriendo ponerse a la altura de las demás.
¡¡¡¡¡Venga a trabajar, venga a trabajar!!!!!
En ellas, toda la fuerza desapareció el primer año
Poco a poco el grupo se fue desmadrando,
y en ese año
un corral se fue creando.
Cacareando, cacareando
y piando, piando,
algunas compañeras se fueron largando.
Y las otras,
como buenas aves,
terminaron emigrando
¿Dónde vamos?¿Dónde vamos?
¡¡¡¡¡Vamos al Norte!!!!¡¡¡¡Vamos al Norte!!!!!
Y la Casa de Galicia encontraron.
Allí el grupo aumentó.
Esperanza llegó
¡¡¡¡¡La rubia alucinó!!!!!
¿¿¿¿¿Dónde he caído yo?????
Y rápidamente en el grupo se integró
Otra parejita por allí apareció,
Mª José y Esperanza,
dos buenas son.
De la una ya tenía referencias
¡¡¡¡¡Qué bien lo hace tó!!!!!
Y a la otra, tanto le gustó,
que un armario se compró,
y hasta los topes lo llenó.
Quizás hoy en esta reunión
no estamos todas,
pero la colcha que una se quedó,
su recuerdo nos dejó.
Lo cierto es,
que después de estos años,
ni unas habrán aprendido mucho,
aunque otra lo ha aprendido todo.
Las telas no se han gastado,
ni las ideas se han agotado.
Pero lo que sí es cierto,
es que aquí se ha confeccionado
una buena amistad,
con muchas historias aún que contar,
y muchas tartas aún por probar.
Pero la realidad es,
que el poder de la aguja y el dedal,
se ha hecho realidad.
Y de "patchguatas" que fuimos,
en"patchwoman" nos hemos convertido.
Hubo también regalos, hechos especialmente para la ocasión Lorena nos regaló a cada una una piruleta, un precioso broche de fimo, Carmen una aguja con un cristal y Coni un marcapáginas con nuestra inicial.
Para el próximo curso, tenemos novedades: un nuevo local, nueva decoración, nuevas ideas, nuevos dulces para merendar....
El patchwork me ha dado muchas cosas, pero sobre todo un grupo de amigas inmejorables, y ahora que he tenido un duro revés y ellas lo saben, me han demostrado todas el cariño que me tienen y lo que son, verdaderas amigas.